Se están prescribiendo
medicamentos antipsicóticos a niños diagnosticados con trastorno de
déficit de atención e hiperactividad (TDAH), pese a contar con pruebas
limitadas de eficacia y riesgo significativo de daño.
Así alerta el estudio titulado ADHD treatment in primary care: Demographic factors, medication trends, and treatment predictors (Tratamiento
del TDAH en Atención Primaria: factores demográficos, medicación y
predictores de tratamiento), llevado a cabo por investigadores del
Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativas de Toronto (Canadá), con el
objetivo de determinar la prevalencia y características de los jóvenes
diagnosticados de TDAH, y conocer los predictores del tratamiento
farmacológico.
Para tal fin, los autores han llevado a cabo un estudio retrospectivo de corte transversal, consistente en la revisión de más de 250.000 historias clínicas de Atención Primaria,
pertenecientes a jóvenes de hasta 24 años de edad. Se seleccionaron al
azar un total de 10.000 historias, y se revisaron utilizando criterios
diagnósticos para el TDAH así como las comorbilidades. Posteriormente,
se calcularon los índices de prevalencia, las comorbilidades, los
indicadores demográficos y el uso de servicios de salud.
Los datos obtenidos revelaron una prevalencia de TDAH de 5,4%.
Se hallaron también comorbilidades significativas con otros trastornos
mentales. La mayoría de los pacientes diagnosticados con TDAH recibió
tratamiento con psicofármacos estimulantes y no estimulantes, siendo los
más prescritos las anfetaminas y el metilfenidato.
Sin embargo, se prescribió medicación antipsicótica al 11,9% (principalmente risperidona) y medicación con antidepresivos al 19,8%.
Los factores predictores de esta última opción de tratamiento fueron la
edad, la valoración realizada en la consulta psiquiátrica y un
diagnóstico comórbido de ansiedad y depresión. Empero, el único
predictor de la intervención con antipsicóticos fue la valoración en la
consulta psiquiátrica. Asimismo, los autores hallaron que uno de cada 4 de
los pacientes que recibieron esta medicación no presentaba ningún otro
diagnóstico psiquiátrico a parte del TDAH que sugiriera su uso.
Según señala el estudio, este tipo de medicamentos se
prescriben comúnmente a los niños diagnosticados con trastorno de
déficit de atención e hiperactividad, a pesar de contar con pruebas limitadas de eficacia y riesgo significativo de daño.
De hecho, señala, si bien la risperidona tiene un impacto moderado en
algunas conductas de los jóvenes con TDAH –como el comportamiento
oposicionista y la agresividad-, hay evidencia limitada que respalde su
uso, y no son eficaces para el abordaje de los síntomas centrales de
este trastorno (falta de atención e hiperactividad).
Teniendo en cuenta lo anterior, el estudio considera aún más preocupante el hecho de que más del 25% de los pacientes tratados con antipsicóticos no contaba con un diagnóstico comórbido para el cual estaría indicado este tipo de medicación.
Tal y como ha señalado en nota de prensa el autor principal del estudio, Paul Kurdyak, “no
sabemos por qué estos niños y jóvenes con TDAH están tomando
antipsicóticos, pero existe un riesgo asociado con la exposición
temprana a los mismos, por lo que necesitamos saber más acerca de por
qué se están utilizando, y así poder sopesar los beneficios frente a los
riesgos que entraña su uso”.
Para acceder directamente al estudio, pincha el siguiente enlace:
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